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Salva tu piercing infectado en tres pasos

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Te has perforado hace relativamente poco y te empieza a doler la zona. La tienes enrojecida, inflamada e incluso puede que segregue algún fluido. ¡Oh, no! ¡Se ha infectado!

Esto es más común de lo que nos gustaría y curarlo pasa por dedicarle tiempo y paciencia a la zona afectada. De no ser así, las consecuencias podrían ser catastróficas. ¿Sabías que por una infección severa de una perforación puede acabar teniendo que ser operado? Así es, si se producen quistes, queloides o problemas similares que no atajamos a tiempo, este puede ser nuestro destino.

No te preocupes ni entres en pánico, ya que hoy te contamos cómo deshacerte de esa infección indeseada sin tener que retirar la pieza o pasar por el médico.

 

Primer paso: jabón neutro

Primeramente, hay que decir que es normal que una perforación esté enrojecida e inflamada los primeros días. A fin de cuentas, es una herida abierta y tu piel debe acostumbrarse a ese cuerpo extraño que has introducido. No te asustes si te ocurre la primera semana, seguramente no sea una infección sino la reacción defensiva de tu cuerpo.

Si ya han pasado varias semanas o ya estaba curado y vuelve ese enrojecimiento, ahí sí debes empezar a preocuparte. Lo más normal es que la piel se inflame, duela y segregue algún tipo de fluido como pus o linfa.

La primera medida a tomar es asegurarnos de cumplir con las correctas medidas de higiene indicadas por el profesional que nos ha perforado. El jabón neutro, como ya te contamos cuando hablamos de cómo cuidar tu piercing, es lo que mejor nos va a venir. Asegúrate de higienizar correctamente tus manos antes de manipular el pendiente y la zona infectada. Si con las curas habituales no es suficiente, usa algún desinfectante como agua oxigenada o cristalmina.

El procedimiento sería: lava bien toda la zona y retira la pieza, aplica suero o solución salina, desinfecta tanto la piel como la joya como la zona infectada y vuelve a colocar el piercing en su sitio. Para asegurarnos de que la piel no sufre ni se reseca por el suero o el desinfectante pon unas gotas de aceite de árbol de té tanto en los orificios de la perforación como en el propio pendiente. Las múltiples propiedades antibióticas e hidratantes de este aceite pueden sernos de gran ayuda.

Segundo paso: pomada

Si con estas indicaciones no es suficiente y la zona sigue afectada, es momento de sacar la artillería pesada. Existen varias pomadas antibióticas que pueden ayudarnos tales como Iruxol Neo o Mupirocina. En este punto lo mejor sería que consultases al farmacéutico cuál es la que mejor te puede venir en función de la parte del cuerpo al tratar.

Nuestra recomendación es que te pongas un poco de pomada en los orificios así como en la joya unas tres veces al día. Sé constante, no vale con hacerlo dos días sí y el resto no. Además, si esto no fuera suficiente, puedes ponerte algo más de cantidad de la pomada por la noche y cubrir la zona con un algodón o un apósito. Haz que toda la zona infectada quede cubierta por el medicamento y protegida por el algodón. Repítelo durante una semana y notarás la mejoría.

Tercer paso: discos no-pull

Si todo esto no fuese suficiente o la mejoría fuese leve, hay una tercera medida que podemos tomar.

Existen en el mercado unos discos de silicona llamado “no-pull piercing” que se colocan entre las bolitas de nuestra joya y la piel para evitar rozaduras. Muchos de los enrojecimientos e inflamaciones que sufrimos en nuestras perforaciones son causados por la irritación del roce entre la piel dolorida y la propia joya. Con estos discos de silicona, que son suaves y relativamente blandos, nos aseguramos de que las rozaduras sean mínimas. Pregunta a tu anillador por estos pequeños discos y no dudes en usarlos si crees que pueden ayudarte.

Lo más importante es que tengas en cuenta que una perforación es una herida y como tal necesita su tiempo y sus cuidados para poder cicatrizar correctamente. No corras y no uses material de baja calidad solo porque sea barato. Puede acabar saliéndote más caro de lo crees. Ten paciencia y mima tus piercings para tener unos pendientes bonitos y sanos.

 

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